Apoyandose en un analisis comparativo de la novela de caballerias y del Libro del caballero Cifar, Landron pone en tela de juicio que el Cifar se inscriba en el genero caballeresco. Para el autor, el relato tiene mas puntos en comun con la novela bizantina que con la novela de caballerias medieval. A pesar de que la novela de aventuras griega no llego a Europa hasta el siglo XVI, el autor del Cifar pudo haber conocido el genero gracias a traducciones latinas de textos bizantinos (Leyenda de San Eustaquio, Libro de Apolonio) o a las peregrinaciones a Roma que tuvieron lugar con motivo del Jubileo del ano 1300