El mundo caballeresco gozo de gran continuacion en conventos y colegios gracias a la caballeria a lo divino. Dentro de este genero, Santa Teresa de Jesus se configuro como una gran iniciadora y continuadora de una tradicion que adquirio gran desarrollo en forma de mascaradas y vejamenes en los que ella hizo gala de un finisimo humor ironico que anticipo al desarrollado por Cervantes. Tras la publicacion del Quijote, las mascaradas carnavalescas con motivos caballerescos continuaron en el interior de los conventos adoptando como protagonistas a los personajes mas representativos de la obra cervantina, fenomeno que para Aurora Egido supone una lanza de una larga tradicion que, antes despues de publicarse, habia puesto los asuntos heroicos en la picota de la risa, adaptando el lenguaje a distintas manifestaciones vitales donde podia mostrarse a lo divino y a lo humano (p. 25)
Lugar de publicacion original: Zaragoza