El retablo de maese Pedro viene a ser un ejemplo mas de la continua lucha que protagoniza don Quijote entre los romances, los libros de caballerias y la realidad historica. Por un lado, el personaje protagoniza una lectura oral, la misma que los juglares, y por otro una solitaria y silenciosa, responsable, en ultimo termino, de su locura. Si desea consultar la version electronica de este articulo, pulse aqui