La figura del hombre salvaje, motivo recurrente en los romances y novelas caballerescas medievales, simboliza el conflicto del ser humano con la civilizacion. En siglos posteriores, este topico se mantiene, con algunos cambios, en numerosas obras literarias. Martin del Pino reconoce un nuevo ejemplo de hombre salvaje en Cosimo Piovasco, el protagonista de El Baron Rampante de Italo Calvino. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui