Rubio Pacho analiza la riqueza expresiva presente en el Oliveros de Castilla para referirse al llanto: a) formas personales e impersonales del verbo “llorar”, b) utilizacion del sustantivo “llanto” acompanado de otras unidades sintacticas, c) empleo de construcciones con el sustantivo “lagrimas”, y d) presencia de la expresion “alimpiaba sus ojos que le manaban como una fuente”. De otro lado, se detiene en el llanto protagonizado por los caballeros, algo impropio de un hombre y censurado por las autoridades eclesiasticas del momento, especialmente su manifestacion publica y exacerbada que, sin embargo, encontramos en diversos textos caballeros, como puede ser el Lisuarte de Grecia de Juan Diaz (1526), una de las continuaciones del ciclo amadisiano. Por ultimo, presta atencion a la potencialidad del llanto como “disparador del discurso” (p. 172) a traves de alocuciones introducidas por un verbo dicendi, las cuales aparecen especialmente en momentos de tristeza y, por tanto, vinculadas a dos tipos discursivos: la plegaria y el llanto. A este respecto, analiza con mayor detenimiento el discurso pronunciado por Oliveros ante el rey de Inglaterra tras la muerte y resurreccion de sus hijos
Lugar de publicacion original: Sao Paulo