En el itinerario del Felicisimo viaje del principe Felipe, Trento fue una etapa destacadisima. No podia ser de otra forma en el feudo del cardenal Cristoforo Madruzzo, hombre de confianza de Carlos V que habia recibido el encargo de ir a buscar a Valladolid al heredero para conducirlo a Bruselas. Los mensajes difundidos por medio de la arquitectura efimera y los espectaculos incidieron en la esperanza mesianica ligada a la reciente derrota de la liga protestante y al nuevo tiempo que se abria para la Cristiandad, cuando las sesiones del Concilio estaban a punto de volver a la ciudad alpina. Los fastos que el principe obispo organizo en su residencia del Castello del Buonconsiglio fueron el colofon a una estancia que demostro la lealtad del patriciado trentino a la casa de los Habsburgo. Destaca, por la importancia que el hecho tiene para la historia de la recepcion de la Divina Commedia del Dante, el torneo de invencion que reprodujo por medio de la tramoya y el empleo de la pirotecnia el descenso al septimo circulo del Infierno, situado por el florentino en el tajo que el Adigio excava en las montanas ligadas a Trento y sus alrededores. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui
Lugar de publicacion original: Trento