En la Edad Media, la materia de Tristan conocio un enorme exito gracias a la version en prosa de L’estoire de Monseigneur Tristan, escrita hacia 1230-1235. Gracias a las adaptaciones de un tal Helie de Boron y de otros redactores posteriores, el Tristan en prosa se conviertio en una de las obras cumbre de la literatura arturica. Tradicionalmente se ha criticado la estructura de la obra por considerar que en ella falla la tecnica del entrelazado, que las aventuras caballerescas, con toda clase de personajes secundarios, se suceden de manera mononota y que se interpolan grandes fragmentos procedentes de fuentes dispares. Damien de Carne se propone refutar estos puntos y demostrar que el prosificador hizo bien al establecer la estructura y el orden de la narracion a pesar del gran numero de personajes y de acciones. En la primera parte de la obra de Carne se analiza el uso de la tecnica del entrelazado, en la segunda la segmentacion y en la tercera se presentan los resultados de un estudio estadistico sobre la exension y los modos de sucesion de los segmentos, de los que resulta que el Tristan en prosa se compone de tres partes diferenciadas, cada una caracterizada por una utilizacion diferenciada de la segmentacion y de la estructura entrelazada