Se abunda en la tradicion de la confesion hecha a amigos o conocidos laicos, cuyo primer testimonio se adjudica a Beda el Venerable. Esta tradicion cayo en desuso en el periodo del concilio de Trento. Un claro ejemplo aparece en el Tirant lo Blanch (cap. 296-299), donde se demuestra que la fuente no es solo de naturaleza folclorica sino tambien de origen teologico. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui