Si en sus Coloquios satiricos (1553) Antonio de Torquemada critica directamente las malas costumbres de las gentes por aparentar lo que no son a traves del vestido, en su Olivante de Laura (1564) realiza una critica implicita pero a la inversa, interpelando a quien rechaza las ropas lujosas por otras mas viles. Olivante se disfraza de pastor para acompanar al supuesto pastor Silvano y acercarse asi a la princesa Lucenda. Aunque no estaba legislado formalmente, vestir con prendas inapropiadas al estatus implicaba una degradacion voluntaria estigmatizante y un ataque al orden establecido. La decision de Olivante le sirve al autor para reflexionar sobre el vestido como marcador de clase y para cuestionar si el elemento clave para formar parte de las jerarquias no es la riqueza en el vestido sino la nobleza de sangre. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui