Examina la trayectoria literaria de Tirant lo Blanch, texto directamente afectado por la difusion del Quijote, ya que aparece citado en el famoso escrutinio de libros del ingenioso hidalgo. Pese a la traduccion al castellano que Diego de Gumiel lleva a cabo en 1511, en un intento de aprovechar el filon amadisiano, el publico lector del Renacimiento apenas le presta atencion y habria de ser precisamente Cervantes quien rescatara esta obra del olvido, al incluirla en la biblioteca de su personaje como uno de sus grandes tesoros. Mientras que el Quijote siguio leyendose en clave satirica, el Tirant y su traduccion castellana permanecieron arrinconados durante los dos siglos siguientes, hasta que miembros de la aristocracia francesa demandaron una version traducida y sus sucesivas reimpresiones. En Espana, y pese a los juicios negativos de los criticos ilustrados, el Tirant figura en bibliotecas particulares del siglo XVIII, aunque todavia tuvo que aguardar a la centuria siguiente para recibir una atencion critica particularizada, gracias al estudioso Diego Clemencin
Lugar de publicacion original: Lleida