El estudio de tres romances caballerescos (Otas de Roma, la Santa Emperatriz que huvo en Roma y el Emperador Carlos Maines) sirve para mostrar la convivencia de dos generos, el hagiografico y el caballeresco, entre los cuales no hay contaminacion sino absorcion. Aunque los tres cuentos tienen conexiones con la hagiografia –de la que se distancian progresivamente en cada uno de ellos al contruirse relatos mas laicos en los que la salvacion es obra del hombre y no de Dios–, dominan los rasgos caballerescos (caracterizacion de los personajes, enfrentamiento heroe/antiheroe, amor y aventura,...) sobre los que se proyecta esta carga religiosa, sobre todo en las aventuras a las que se les asigna una intencion didactica y moralizadora que las acerca a la etica cristiana
Lugar de publicacion original: Buenos Aires