El Gran Tamerlan aparece en el exordio de la obra de Clavijo para desaparecer durante bastantes paginas. El personaje se anuncia, mientras, por el poder que tiene en los territorios que los embajadores recorren. El relato plantea lo que Di Stefano llama «le epifanie indirette del Signore», subrayada por el terror que ejerce en los pueblos sometidos, cuyas manifestaciones son recogidas puntualmente por el narrador, que no olvida al receptor de su relato. Al fin la comitiva llega ante el Tamerlan ya anciano. A su muerte todo se descompone, el viaje de regreso es erratico, en suma, no solo se trata de la relacion puntual de tantos hechos y costumbres ajenos, sino tambien de una ejemplificacion exotica de los caprichos de la Fortuna que levanta y hace caer los imperios
Lugar de publicacion original: Roma