Ignacio de Loyola recuerda en su biografia su gran aficion por los libros de caballerias, su lectura favorita antes de descubrir, en su convalecencia de 1521, los libros de santos. El autor analiza con detenimiento el capitulo II en las dos versiones conocidas de la autobiografia, la del Relato del peregrino (del P. Luis Goncalves da Camara, 1555) y la de la Vida (de Pedro de Ribadeneyra, 1572 version latina; 1583 version castellana), donde el recuerdo de Amadis de Gaula y de “semejantes libros” inspira la simbolica vela de armas e investidura con la que se convertira en caballero de Cristo. Estas dos biografias sobre Loyola son, segun sostiene Ortes, las fuentes esenciales del Quijote cervantino, imitadas y parodiadas a traves de un lenguaje cifrado que intenta desvelar con un analisis contrastado de los textos
Lugar de publicacion original: Salamanca