Frente al tradicional privilegio de las fuentes escritas como medios de “crear memoria”, este libro analiza los usos orales y visuales, perfectamente codificados y predeterminados, en la representacion cultural de la aristocracia cortesana de los siglos XVI-XVII, para concluir que la voz y la imagen crearon un ethos estamental que individualizaba y orientaba las practicas aristocraticas, a la vez que creaban opinion publica y reflejaban la particular vision del mundo de las clases dominantes. Los Siglos de Oro fueron la edad de la elocuencia: la palabra era la base de la pastoral y la predicacion, el medio de la pedagogia, y su control un modo de ostentacion social. Por ello, el dominar una serie de codigos, signos y comportamientos orales que se podian aprender en antologias de dicta, modelos de cartas o en libros de memoria forjaba y determinaba al caballero, asi como definia su educacion. Asimismo, lo visual proyectaba el poder de este grupo sobre la sociedad. El espacio, el vestuario, el arte y los retratos son elementos jerarquizadores, simbolos cerrados y reservados para una clase social con un lexico propio cuya funcion era servir “de propaganda de los propios valores nobiliarios, asi como de la naturaleza privilegiada y egregia de sus participantes”
Lugar de publicacion original: Madrid