En la configuracion de los milites Christi en la tradicion hispanica confluyen dos tradiciones: la conviccion agustiniana de que una parte de los mortales son angeles, y la teologia de la jerarquia de la Jerusalen celestial. La identificacion de los guerreros con angeles o ‘caballeros celestes’ se remonta al siglo IV, se legitima en la lucha entre religiones, se acepta por la facilidad de aplicar las relaciones vasallaticas terrenales y celestiales, y se representa en figuras traslucidas vestidas de blanco cuya unicas armas son la espada, revestida de un simbolismo religioso, y la fe. Alfonso X contribuyo a la difusion de esta ideologia tanto en su produccion en verso (Cantigas 15, 63 y 165) como en prosa (Partida Segunda)