La primera entrada de Zifar en el reino de Menton es fruto de una estrategia ideada por ribaldo, un ardid “propio de su condicion y de su nombre” (p. 622). El sirviente le ofrece al caballero sus vestiduras para atravesar las huestes que cercan la ciudad, trueque de papeles posible gracias a la complejidad funcional de ambos personajes. Con este disfraz Zifar asume la personalidad del ribaldo, asi como el valor connotativo de su nombre cuya compleja y vasta tradicion se rastrea en este articulo. Le aconseja tambien su siervo que se finja loco, para lo cual toma Zifar una guirnalda y una vara, remedo de la corona regia y de la pertiga, que “reflejan el mundo al reves de profundas raices festivas y carnavalescas, a cuya luz debemos interpretar el episodio” (p. 619). Sus vestidos, sus atributos (guirnalda y vara), su actitud saltando y pidiendo comida entre los enemigos, o los insultos burlones de las tropas son rasgos tradicionalmente asociados en fiestas religiosas y carnavalescas a los locos. Este episodio comico rebasa la mera diversion, precisamente por el caracter ambiguo del loco y por el valor anticipatorio de la aventura. Por todo ello “podemos interpretar la entrada en el reino como el triunfo de un personaje humilde que en su vida ha debido soportar con paciencia sus continuas desgracias” (p. 622)
Lugar de publicacion original: Granada