Los acontecimientos reales –salidas, entradas, bodas, bautizos, defunciones, etc.– convertian a la ciudad en un locus fictus o espacio ideal, imagen artificial de “una sociedad armonica y sometida al monarca protector, al principe perfecto” (p. 69), es decir, filtraban en sus realizaciones un importante contenido de propaganda politica. En ellos la materia fantastica y caballeresca integraba el conjunto de estrategias destinadas a la difusion de la ideologia monarquica y a la legitimacion de sus preceptos. En este articulo, a partir de las relaciones de las cuatro ceremonias nupciales de Felipe II, se repasan los motivos maravillosos de unos fastos en los que tienen entidad propia y son protagonistas las batallas, los torneos y otras aventuras caballerescas. Estas relaciones dan cuenta de las interferencias mutuas entre libros de caballerias y festejos urbanos: “habia mucho en ellas de vehemencia (...) y su caracter fabulado e hiperbolico puede producir el efecto, en la descripcion de un torneo, por ejemplo, de estar leyendo un libro de caballerias mas que una cronica” (p. 71). Se concluye, pues, que los textos caballerescos influian en los movimientos de corte, en principio, de dos maneras: (a) en sus espectaculos, y (b) en el relato de esos espectaculos. Un escalon mas en este entramado de interdependencias lo constituiran las comedias cortesanas de tema caballeresco, como La Gloria de Niquea del conde de Villamediana
Lugar de publicacion original: Navarra