A proposito de las lecturas en el Nuevo Mundo despues de su descubrimiento, comenta y transcribe un inventario de libros y su almoneda realizado en Santo Domingo en 1525, en el que predominan, despues de los libros religiosos, los libros de caballerias. Entre ellos figuran: Clarian de Landanis, Reinaldos de Montalban, Historia de Carlomagno, Oliveros de Castilla, Lisuarte de Grecia, Partinoples, Tablante de Ricamonte y un Primaleon vendido a un tonelero. En este inventario, perteneciente a una persona ajena al mundo de la imprenta y del comercio librero, se registran varios ejemplares de la misma obra, lo que demuestra que "los productos de la imprenta representaban una mercancia, como cualquier otra, en cuyo negocio merecia la pena invertir" (p. 239)

Lugar de publicacion original: Lisboa