Se propone, con cautela, una posible vinculacion del episodio quijotesco de los requesones (Quijote II, XVII) con otros episodios de fuentes distintas con las que comparte intencion comica y frente a las que el humor de Cervantes adquiere, por contraste, nuevos significados. En la anecdota del Conde de Cabra del Arte de ingenio de Gracian, probablemente tomada de una facecia de Melchor de Santa Cruz en la Floresta espanola y en el topico del guerrero tembloroso del Tirant lo Blanc (caps. 231-233) y de La Celestina (Centurio, auto XVIII) hay personajes que sudan o tiemblan a causa de un miedo que ellos justifican de otra manera. Sin embargo, el objetivo del articulo es mas ambicioso que proponer estos testimonios. Los requesones y el desplante del leon macho a don Quijote son secuencias sucesivas y coordinadas porque se implican mutuamente. El “sudor” provocado del hidalgo manchego lo ridiculiza al deshumanizarlo, de modo que la actitud del leon no insiste en el ridiculo "porque la humanidad suya estaba de algun modo anulada desde la escena inicial" (p. 49). En este sentido, ambas situaciones marcan por adicion un punto de inflexion en la locura de don Quijote