Junto con la epica o las vidas de santos, en la literatura caballeresca el viaje ocupa un lugar preeminente, quiza como resultado del papel que desempenaba en la sociedad medieval. Sus realizaciones en los textos eran diversas: peregrinaciones, embajadas, viajes comeciales y para guerras, etc. Se analizan los viajes de Alexandre, Apolonio y del Libro de buen amor. Se apunta que con la difusion de la novela de caballerias, picaresca o pastoril durante el XVI “se consolia un arquetipo de protagonista, cuyas raices estan en la concepcion biblica de la condicion humana como peregrinaje. El viaje como simbolo de la vida en esta tierra, se convierte por lo tanto en el medio a traves del cual cada uno cumplira su destino” (pp. 63-64)
Lugar de publicacion original: Buenos Aires