En este viaje por la ilustracion del Quijote a lo largo de cuatro siglos, el autor reune una generosa seleccion de imagenes, impecablemente reproducidas, que nos acercan a la lectura e interpretacion del libro a traves del tiempo. Dentro de la rica y variada iconografia, las primeras portadas del Quijote, por ejemplo la de la edicion lisboeta de Jorge Rodriguez de 1605, son deudoras de las de los libros de caballerias castellanos, en este caso muy similar a la que adorna la portada poco repetida del Florambel de Lucea de 1548. Tal similitud le da pie para comentar la difusion del genero caballeresco en Espana y Portugal en los anos de la publicacion del Quijote (pp. 114-117)
Lugar de publicacion original: Madrid