Defiende la influencia de los libros de caballerias y especialmente del Amadis, tanto el primitivo como el de Rodriguez de Montalvo, en La Celestina. En concreto se ocupa de las similitudes existentes entre Oriana y Melibea, empezando por su tragica muerte, por su temperamento, entre colerico y sanguineo, y por las relaciones amorosas que mantienen ambas al margen de las convenciones sociales de la epoca, pues admiten ser victimas del mismo deseo que atormenta a los varones y rechazan el matrimonio. Las dos reaccionan con desmayos ante situaciones limites, desmayos que son a su vez comparados con los de Dido y Lavinia (Roman d’Eneas) y con los de Carmesina (Tirant) y Lucrecia (Historia de duobus amantibus, Eneas Silvio Piccolomini), y que provocan distintas reacciones en sus confidentes. Destaca en este sentido las numerosas afinidades que presentan tambien los personajes intermediarios, Gandalin y Celestina, encargados de descubrir las pasiones que atormentan a Oriana y a Melibea, su amor, por Amadis y Calisto, personajes que, a su vez, encierran tambien ciertas analogias