El final de la Reconquista genera una clase social, la nobleza, desocupada que de alguna manera debe justificar su presencia. Progresivamente pierde su funcion guerrera y se va adaptando a los ambientes cortesanos en cuyo seno se desarrollan codigos hasta el momento ausentes en su pensamiento; se defiende el honor como rasgo de clase con repercusion social, y se generaliza el duelo como mecanismo para su recuperacion. Desde mediados del XV y a lo largo de todo el siglo XVI se difunden obras en las que se potencia como valor maximo la virtud caballeresca, el honor militar y el caballeresco y su defensa mediante el duelo. La bravura en el campo de batalla deja paso a la presentacion de una nobleza individualizada por un codigo etico y moral, de modo que la nobleza vendra asociada al desarrollo del espiritu con la educacion. Es posible que este concepto de honor parta de las Partidas, concretamente de la II, XXI, XXV, y encuentra su continuacion en Llull, don Juan Manuel, Valera y Cartagena “y una larga lista de tratadistas que centran sus obras sobre el tema, estimulando la creacion, en parte propia, en parte importada de las modas francesa e italiana, de un «codigo de honor», de obligada exigencia social, prohibido por la leyes, y obviado por los tribunales hasta bien entrado el siglo XVIII.” (p. 290). El problema surge cuando se generaliza un concepto de honor que cada vez se identifico mas con unas reglas que debian aplicarse fuera del ambito jurisdiccional, por exigencia social, llegandose a identificar honor y duelo. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui