La produccion caballeresca catalana y occitana se aleja, en cierta medida, de la tradiccion arturica, que queda asimilada por la literatura caballeresca castellana. Obras catalanas de la segunda mitad del XIV y primera del XV como Blandin de Cornualla, La Faula de Guillem de Torroella, la Tragedia de Lancalot de Mossen Gras, Tirant lo Blanc, Jaufre y el Girart de Rossello constituyen un conjunto de textos que encajan mal en la Queste de Chretien de Troyes y los lais de Maria de Francia, cuya evolucion y caracteristicas se analizan y rastrean en estas paginas. Aqui el apego a la realidad y las ansias de verosimilitud definen unas obras que proponen un nuevo modelo de caballeria: "Aquests cavallers representen la perfeccio de la praxi cavalleresca pero els fins que persegueixen, els modes en que ho fan, la retorica en que ho expressen, els amors que senten, les proves que superen i els resultats que n'obtenen son ben i ben diferents." (p. 180-181). Se observa, de este modo, a lo largo de la Edad Media una resemantizacion de los conceptos fundamentales, sobre todo del 'amor', la 'caballeria' y la 'busqueda'. Asimismo, hay una evolucion en la plasmacion literaria de los elementos constitutivos de la ficcion (realia, paisajes, locus amoenus, descripcion de personajes y caracterizacion psicologica…). En el fondo estamos ante un mundo literario que evoluciona y cambia, ya desde el ciclo breton y la configuracion de un universo maravilloso
Lugar de publicacion original: Madrid