Este trabajo interpreta muchos de los motivos caballerescos del Quijote desde planteamientos y mecanismos filosoficos, porque “el sentido que las acciones tienen en la mente del hidalgo posee una fuerza tal que puede llegar a imponerse en la realidad, es decir, en la subjetividad de los demas participantes, bien sea por persuasion, seduccion, adulacion, emulacion, u otros procesos psiquicos.” (p. 311). Estas afirmaciones se aplican a la constitucion de don Quijote como caballero andante “en terminos cartesianos, por un acto de voluntad, de una voluntad seducida y fascinada, mediante el cual asume como personalidad y realidad suya una idea, cla y distinta, evidente, que ya se le habia impuesto antes como lo unico real y digno de ser realizado, es poseido por la idea y la idea es poseid por el.” (p. 309). De igual modo, esta definicion afecta a su investidura, participantes y motivacion, a su frustrada administracion de justicia, al escrutinio, los molinos de viento, el manuscrito encontrado, la derrota en el combate... En este ultimo caso se interpretan los resultados en relacion con alguna situacion analoga de otros caballeros andantes, “lo cual no solamente le consolo sino que le dio gozo e incluso brios, porque de ese modo se sentia legitimado por el relato, por la objetividad, por el ideal.” (p. 314). Esta configuracion mental y literaria da cuenta de la existencia de varios sentidos y niveles diferentes de ‘realidad’ y de ‘apariencia’, como demuestran los personajes de los capitulos 1-10
Lugar de publicacion original: Zaragoza