Junto con los libros de caballerias peninsulares, se distribuian en la Peninsula versiones procedentes de Italia, cuyos traductores dejaron huella de su intervencion. Entre estas obras estaria el Morgante de Pulci. Se compara el credo de Margutte con la traduccion de Jeronimo Aunes. En este cotejo es interesante senalar que Aunes, “quien se empena cuidadosamente en depurar su version castellana de las blasfemias de Pulci, apenas alterara, sin embargo, las muy poco ortodoxas confesiones de Margute.” (p. 213). Para comprender esta actitud y esta decision narrativa se propone la tradicion de los contrafacta biblicos y liturgicos. En un apendice se incluye la transcripcion de varios fragmentos del Morgante (XVIII, 113-144) con su correspondiente traduccion al castellano
Lugar de publicacion original: Zaragoza