Aunque en las primeras decadas del siglo XVI el plagio se considera una imitacion creadora, marca de erudicion poetica, a medida que avanza la centuria los juicios negativos se acumulan. Seguia admitiendose la imitacion de los clasicos, no asi de los contemporaneos. Junto a esta, existia una imitacion parodica, que era aceptable y conveniente como manifestacion de la doctrina imitativa de la correctio. El Tristan de 1534 puede considerarse, en cierto sentido, precedente del Quijote, pues tiene similitudes y afinidades con la obra cervantina como el uso abundante la tecnica del plagio, en este momento en sentido positivo. Pero el plagio que en el Tristan es un modo de avanzar la accion, a veces con intencion humoristica, "en Cervantes es una forma de construir el significado de su obra y de hacer surgir un genero de otro" (p. 121)