Este breve trabajo reflexiona sobre Pedro el Ermitano, cuya presencia en la Gran conquista de Ultramar resulta mas rentable para la interpretacion y es mas interesante de lo que propone la critica francesa. Teniendo en cuenta estas hipotesis, el texto de la Conquista resulta insuficientemente explicado si se trata como una traduccion, porque el lector ve ante sus ojos como se recrea de nuevo la fuente primitiva. Las hazanas de este personaje se reorientan y se revisten de una finalidad sagrada y ejemplar, que aspira a convencer al lector de su funcion adoctrinadora y a tender lazos con el para convertir al Ermitano en un homo viator cuya existencia es digna de imitacion