Introduccion a los Comentarios de Bernardino de Mendoza y contextualizacion de su doctrina militar. Se valora este texto como manifiesto de una reaccion de su autor ante la campana antiespanola en la literatura panfletaria de la epoca. A partir de esta conclusion, se presenta esta cronica militar, por buscarle parentesco en los modelos historiograficos previos, [como] un relato modelado a partir de los Comentarios a las guerras de las Galias de Cesar, como se desprende del propio titulo y se declara al comienzo de la misma obra (...). Por encima de ello, es un apasionado repaso de la historia de la rebelion de los Paises Bajos y la actuacion belica de la monarquia hispanica empenada en contenerla, desde 1567 hasta 1577. (p. 15) Este tratado, complementario a su Theorica y practica de guerra (1595), aborda temas belicos desde distintos puntos de vista: aspectos tecnico-militares, politicos, filosoficos, diplomaticos y juridicos. Todos ellos se adecuan punto por punto a los preceptos del ars historica que senalara, entre otros, Sebastian Fox Morcillo. Despues de recopilar los datos de su biografia, los editores se ocupan de analizar la complicada situacion diplomatica que debia soportar Mendoza como embajador de Felipe II. En el fondo de esta polemica subyace la subordinacion de la politica a la religion, lo que los editores llaman nacionalizacion de la religion. En el caso de Espana, la ‘bicha luterana’ sirve a unos propositos politicos muy concretos; en el caso ingles (...) la ‘bicha hispanica’ se usa con identicos fines. (p. 40). En este contexto nace la literatura panfletaria antiespanola, cuyo argumento fundamental procedia de identificar Espana con un poder tiranico, apocaliptico y milenarista y, por extension, con el propio Anticristo. Se generalizo la idea de la crueldad y avaricia espanola. Se recupero hacia 1588 la prediccion de Johan Muller von Konisberg, interpretada segun intereses nacionalistas: Espana, segun los ingleses, destruiria el mundo con su Armada Invencible. El reinado de Isabel I fue propicio para el desarrollo de profecias y suenos destinados a expandir el panico entre los enemigos. La propaganda de su gobierno se sirvio del Deus irae del Antiguo Testamento. “La imagen del Deus irae asociada a la legitimacion de la causa reformista y el castigo divino merecido del enemigo no dejan de aflorar entre los textos politicos hasta fines del siglo XVII.” (p. 56). En vista de esta campana antiespanola, coger la pluma, pensamos, hubo de ser para don Bernardino una extension de su pasion militar y de estratega. Ahora le tocaba defender la legitimidad de la empresa espanola en los Paises Bajos, (...). (p. 103). Esta tarea la asumen sus Comentarios
Lugar de publicacion original: Madrid