El estudio de la trayectoria de Bandaguida, Andandona y Gromadaca en el Amadis permite valorar diversos elementos narrativos e ideologicos que vindican la originalidad de la re-creacion literaria de Montalvo. Con la actuacion de Bandaguida, matricida e incestuosa, el regidor prodria haber aprovechado para arremeter contra la coqueteria del personaje y de todas las mujeres, incidiendo en el discurso misogino clerical y en los debates pro y antifeministas del siglo xv castellano. Sin embargo, prefiere ofrecer una lectura que condena el incesto en un tono y tecnica propios de los sermones y ejemplarios medievales: el padre tambien es culpable por no haber favorecido el matrimonio de la joven. Con Andandona, antipoda del ideal cortesano que representan las damas de la corte de Lisuarte, Montalvo tambien modifica los patrones que le brindan las tradiciones populares y literarias: aprovecha la imagen de una giganta malefica y transforma su actuacion en un jocoso interludio narrativo. La singularidad de Andandona, que redunda en su menosprecio ludico, bebe en los manantiales en los que el miedo masculino hacia la mujer transformo algunas de ellas en seres autosuficientes, transgresores de un orden patriarcal cuya amenaza solo la chanza logra mitigar. Gromadaca, en cambio, tiene una funcion mucho mas compleja que la de sus homologas, pese a que nunca aparece en escena, su mision es netamente politica, como regente de unas posesiones cuya simple mencion remite a la iconografia infernal. Montalvo destaca la pericia con que Gromadaca sabe jugar sus cartas, al tiempo que propicia un climax inusual cuando, al derrotar Amadis al gigante, se niega a entregar sus posesiones, hecho que significa que su hija y sus doncellas deben ser inmediatamente ejecutadas. Vease tambien Merida Jimenez, Rafael M., «Tres gigantas sin piedad: Gromadaca, Andandona y Bandaguida», en Literatura de caballerias y origenes de la novela, ed. Rafael Beltran, Valencia, Universitat de Valencia, 1998, pp. 219-233
Lugar de publicacion original: Barcelona