En la introduccion al Florambel de Lucea (1532) se presenta una vision de conjunto de su genesis y difusion: se habla de su autor, Enciso Zarate, y de su manera de novelar, muy apegada a acontecimientos historicos relacionados con la conquista y la colonizacion de America. Asume una mixtura de deudas literarias: el Amadis de Gaula, el rey Arturo (cap. 8 del libro III) -que intervienen en la investidura del protagonista, junto con Morgana, quien “cumple un papel fundamental en la obra y de su mano se refuerza la presencia de la magia y la maravilla” (p. XV)-, la tradicion clasica y biblica, y Ariosto. Posteriormente, se resumen los hitos fundamentales del esquema biografico (ciertamente apegado a una vocacion religiosa) y de la aventura caballeresca: Florambel aspira a ser valorado como primum inter pares triunfando en las distintas aventuras que le salgan al camino. En el tratamiento del amor, es significativa la figura de Cardenia, quien, como la hija del conde de Selandia, reclama al heroe un encuentro amoroso; tambien se recuerda a Beladina, princesa de Irlanda, que pide a Florineo en matrimonio. Florambel, hijo de ambos, es tradicional en el proceso de amores y sigue el arquetipo amadisiano enamorandose de Graselinda. Paralelamente surgen amores entre cristianos y moros y se va consolidando en el genero la imagen del amor como sentimiento ennoblecedor (ej. Policiano o Caballero Bobo, enamorado de Laurelia). La magia se realiza a traves de la Duena del Fondo Valle, Morgana y Adriacon de Rocaferro. Con todo, por encima de ellos sobresale el dios cristiano, quien acaba controlando la realidad. “Es importante anotar que en el tema de la magia y la maravilla Enciso no se destaca sobre los autores del genero caballeresco.” (p. XXXV). Si desea consultar la version electronica de la introduccion a esta edicion, pulse aqui
Lugar de publicacion original: Alcala de Henares