Se refiere a la pragmatica de 1492 que muestra como por via judicial los Quijano solicitan y obtienen la ejecutoria de hidalguia. El ascenso del protagonista de la obra cervantina es un simbolo de los anhelos de una clase social en decadencia: el hidalgo pasa a ser caballero y, posteriormente, don, siguiendo esa peculiar inversion de los terminos de la genial novela. Francisco Rico repasa las condiciones socioeconomicas de la hidalguia en ese tiempo a la luz de don Quijote, una vez que la funcion militar queda a cargo de ejercitos profesionalizados y se deja atras la importancia que la caballeria albergo durante la Edad Media. Revive e ironiza sobre dichos modelos en pleno descenso de hidalgos, muy notable ya en el momento de la publicacion de la Primera Parte del Quijote. Se ilustra asi la “concretisima prehistoria de don Quijote” (p. 749), que permite corroborar la fidelidad del texto a una situacion especifica (ratificada con datos historicos como las justas zaragozanas) y su ejemplificacion de la problematica oposicion entre hidalgos y pecheros, que se remonta tambien a epocas precedentes