Estudia la plurivalente nocion de translatio en el prologo del Libro del cavallero Zifar y la poetica subyacente del mismo a partir de sus correspondencias con el subgenero hagiografico de los furta sacra, translaciones furtivas de santos, como modelo narrativo. Repasa esta tradicion literaria y su rama hispanolatina para desglosar en clave hagiografica la traslacion zifariana del cardenal Gudiel. Correspondencias que ofrecen una clave narrativa para desentranar el posible sentido sociopolitico del prologo. Las translationes hispanolatinas de santos gozaron de cierta fortuna literaria en la Espana bajomedival. En el Poema de Fernan Gonzalez, consta, por ejemplo, un relato hagiografico sobre el descubrimiento providencial de la cueva-ermita que albergaba los restos de San Pedro de Arlanza obviamente calcada a guisa de una inventio sanctorum. Aun en el Siglo de Oro, el esquema narrativo de las translationes parece haber inspirado paginas memorables, como las del encuentro de Don Quijote con el sequito de enlutados que acompanan un cuerpo muerto (I, 19), episodio en el que se ha visto a su vez alguna reminiscencia de otra translatio arquetipica: el traslado furtivo de San Juan de la Cruz de Ubeda a Segovia en 1593. Tesis ampliamente debatida por la critica cervantina que ha puntualizado otras fuentes mas allegadas al episodio quijotesco, sobre todo la aventura caballeresca con otro cuerpo muerto en el Palmerin de Inglaterra (se ofrecen situaciones parecidas en otros libros de caballerias). Cabe preguntarse, sin embargo, hasta que punto pudieron influirse mutuamente las translationes medievales y los relatos caballerescos de tales aventuras]. Pero el ejemplo mas revelador de su fortuna hispanoliteraria en la Edad Media lo ofrece la translatio de Gonzalo Gudiel en la introduccion del Zifar (que sigue todas las pautas, topicos y codigos narrativos del subgenero). El encuadre literario de este evento en el molde hagiografico del furtum sacrum tenia asimismo una finalidad politica: la denuncia soslayada, implicita, del papado de Bonifacio VIII y la primacia de la sede catedralicia en Toledo en la cristiandad peninsular. A diferencia de Santiago (o de las otras rivales hispanicas de la sede compostelana), Toledo no disponia de reliquias famosas en torno a las cuales centrar su primacia dentro de la Iglesia hispanomedieval. Es esta necesidad la que Ferran Martinez parece satisfacer, al menor simbolicamente, al subrayar la acogida de su mentor como a un “cuerpo santo”. El exemplum prologal es una verdadera laus Tholeti que sirve de preambulo idoneo para su ficcion prenovelesca, una hagiografia secular del caballero cristiano que solo pudo ser escrita a la sombra del entonces famoso cardenal toledano. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui