Estudio de dos episodios del Cifar a la luz de sus posibles modelos: Las mil y una noches y El conde Lucanor. Para el primero, “El emperador que nunca se reia”, Navarro Duran encuentra un paralelo en la noche quinientos ochenta y ocho de Las mil y una noches, dentro de las historias pertenecientes al ciclo del Sendebar. El relato tiene como motivo central la imposibilidad de reirse, lo mismo que caracteriza al emperador al que sirve el infante Roboan y luego al propio joven (...). Incluso coinciden en detalles (...), aunque es indudable que el relato del Cifar es mucho mas complejo y tiene elementos propios o de otras fuentes (p. 615). Navarro Duran relaciona tambien la escena posterior, cuando el demonio en figura de bella dama comienza a hacer cabriolas, con las “zapatetas en el aire” y las “tumbas” quijotescas. La segunda parte del articulo se centra en las coincidencias entre el Cifar y la obra de don Juan Manuel, importantes para la datacion del texto: 1. El cuento de la prueba de los amigos es poco significativo por su gran difusion; 2. Grima compartiendo el lecho con sus hijos recuerda al ejemplo 36, aunque el autor del Cifar tambien pudo tomarlo de otra fuente; 3. Mas llamativo es el paralelismo entre el cuento de “El rey y el alquimista” y el ejemplo 20, incluso con similitud de terminos; 4. La escena de Grima espulgando a Cifar recuerda al ejemplo 42, en el que tambien se da una situacion identica. Por ultimo, estas coincidencias, a las que anade otras menores, le llevan a concluir que “existe entre ambas obras una relacion de dependencia” (p. 624)
Lugar de publicacion original: Toulouse