Destinatario: Ded. reina dona Isabel
28 testimonios impresos: 1) Sevilla: Tomas Glockner, 1499, 14 de febrero; 2) Sevilla: Jacobo Cromberger, 1515, 1 de marzo; 3) Zaragoza: Jorge Coci, 1523, 11 de mayo; 4) Alcala de Henares: Miguel de Eguia, 1527, 25 de mayo; 5) Alcala de Henares: Miguel de Eguia, 1529; 6) Sevilla: Juan Varela de Salamanca, 1529, 22 de octubre; 7) Zaragoza: s.i. , 1530; 8) Zaragoza: Jorge Coci, 1538; 9) Sevilla: Juan Varela de Salamanca, 1538, 28 de octubre; 10) Zaragoza: Jorge Coci, 1540; 11) Salamanca: Pedro de Castro, 1540; 12) Alcala de Henares: Juan de Brocar, 1540; 13) Zaragoza: Pedro Bernuz, 1546; 14) Estella: Miguel de Eguia, 1546; 15) Salamanca: Andrea de Portonariis, 1549; 16) Zaragoza: Bartolome de Najera, 1549; 17) Zaragoza: Bartolome de Najera, 1550; 18) Medina del Campo: Guillermo de Millis, 1551; 19) Toledo: Juan Ferrer, 1551; 20) Zaragoza: Bartolome de Najera, 1555; 21) Medina del Campo: Guillermo de Millis, 1554; 22) Estella: Adrian de Amberes, 1555; 23) Salamanca: Jacobo de Liarcari, 1556; 24) Toledo: Juan de Ayala, 1556; 25) Salamanca: Matias Gast, 1561; 26) Zaragoza: Viuda de Bartolome Najera , 1562; 27) Alcala de Henares: Andres de Angulo, 1568; 28) Alcala de Henares: Juan Gracian, 1572;
Reescritura: El proposito del Vocabularium de Fernandez de Santaella era facilitar el significado en castellano de los terminos que aparecian en las ediciones de la Biblia y ‘de las otras cosas que en la Iglesia se leen’. La obra pudo emplearse como auxiliar para la lectura de la inmensa mayoria de las ediciones latinas de la Biblia, cualquiera que fuese su lugar de impresion, por lo que no es de extranar que cosechase un gran exito hasta el siglo XVIII, especialmente durante los siglos XVI y XVII, cuando estaba vigente la prohibicion de publicacion de Biblias en lenguas vernaculas. La obra reune unas 7000 entradas solo en latin-castellano, pero aporta las distintas acepciones en los pasajes biblicos y en algunos autores eclesiasticos. El Vocabularium esta mas cerca del Universal vocabulario de Fernandez de Palencia que de Nebrija.La popularidad, y las caracteristicas del texto, posibilitaron su transformacion y continuada reescritura en la imprenta.Adiciones. La configuracion del texto suele permanecer mas o menos invariable, sin contar con los paratextos legales que empiezan a incorporarse a partir de Alcala de Henares, 1569. Se abre con dos preliminares, la dedicatoria del autor a la reina Isabel, seguida de unas Instrucciones para saber leer y entender el libro, y se cierra con la suma de distintos materiales de desigual fortuna en la larga andadura editorial del libro.En el incunable sevillano se imprimen en latin y en castellano dos cartas apocrifas intercambiadas entre el emperador Julian el Apostata y el obispo Basilio de Cesarea. En su dedicatoria a Fernando el Catolico Santaella explica que tradujo las dos del griego al latin y tambien al castellano. El obispo reprocha a su antiguo companero que “contra el mesmo Dios te ensoberveces poniendo las manos en la iglesia”, con lo que el canonigo parece amonestar sutilmente al Rey por su actitud hacia la Iglesia. Esta adicion no volvio a editarse mas. Tambien desde 1499 el Vocabularium se cierra con un poema latino al clero de Juan de Trigueros, catedratico de latin hispalense que habia sido discipulo de Lucio Marineo Siculo y preceptor del Duque de Medina Sidonia. Este epigrama, que pudo incorporarse en el incunable para aprovechar el espacio en blanco sobrante (birli), siguio formando parte del conjunto, con alguna excepcion (Salamanca, 1556). A partir del impreso de Alcala de Henares, 1540, se incorporo al final el Arte del computo de Jeronimo de Valencia, que habia contado con algunas ediciones exentas en Burgos (1536, 1538 y 1539). Se trata de una obra que “puede adscribirse a esa amplia tipologia de los impresos populares de caracter utilitario –al igual que lo fueron los lunarios, calendarios, repertorios de tiempos y enchiridiones–, por tratarse de una obra destinada a divulgar la medida del tiempo, dirigida principalmente a los clerigos de menor formacion y a los estudiantes de artes, pero que logro una enorme difusion precisamente por ese caracter de libro para todos, al facilitar la practica de la computacion, el calculo del tiempo y los elementos esenciales para establecer las fiestas movibles del calendario liturgico” (Fernandez Valladares 2010: 576). Gracias a su inclusion como un apendice en los exitosos vocabularios eclesiasticos de Rodrigo Fernandez Santaella y Diego Ximenez Arias, alcanzo gran difusion; en total, segun Navarro Brotons et al. (1999), conto con 29 ediciones. Al margen de estas adiciones, algunos impresos incluyen otras, con menor repercusion. Por ejemplo, los tipografos, libreros o revisores se dirigen a sus lectores. En Alcala, 1540, lo hace Juan de Brocar, en Estella (1546), Miguel de Eguia, en Salamanca (1549), Andrea de Portonariis o los impresores de Salamanca, 1556. En ese mismo impreso de Salamanca, 1556, y en Alcala, 1569 y 1572, es el revisor, Eustaquio Cervantes de Morales, quien informa al lector y anade unos versos latinos y en Alcala, 1569, el librero Luis Gutierrez incorpora una dedicatoria al licenciado Atienza del Consejo de su Majestad. Los impresos toledanos (1552 y 1556), anaden, tras el Arte del Computo, el texto del pseudo san Agustin De dignitate sacerdotum, seguido de los versos Viri venerabilis sacerdotes dei.Revisiones. El Vocabulario cuando fue aumentado y corregido, comenzo a ser publicado como Dictionarium ecclesiasticum por Eustaquio Cervantes de Morales, y desde 1566 por Diego Jimenez Arias como Lexicon ecclesiasticum. La confusion entre Eustaquio Cervantes de Morales y Buenaventura Cervantes de Morales podria resolverse si aceptamos que se trata de la misma persona (Fernandez Valladares 2010). Por su parte, el Lexicon, como senala Medina Guerra (1996: 132), es una correccion y ampliacion del Vocabularium ecclesiasticum de Rodrigo Fernandez de Santaella, publicada por vez primera en Salamanca en 1566, aunque Jimenez Arias pretende demostrar el aporte fundamental y revolucionario que supone su diccionario en el estudio de la lengua latina. Las ediciones del Lexicon no se incluyen en esta ficha.Grabados. La doble conformacion de vocabulario religioso y obrita para calcular el tiempo explica su iconografia. Las portadas siguen mayoritariamente dos pautas, bien optan por una orla arquitectonica o bien se sirven de imagenes religiosas (san Isidoro y san Leandro, Calvario, etc.), mientras que el Arte del computo se abre con el caracteristico grabado xilografico del calendario solar, con las esferas del aureo numero y la letra dominical.Letra. El doble uso del castellano y del latin hizo que en algunos talleres (Salamanca, Alcala, Toledo) se imprimiera con letra romana. Por el contrario, los impresos zaragozanos son conservadores, utilizan la gotica, y, por lo menos, desde 1538 siguen un modelo de portada y de configuracion similar.