Testimonios manuscritos: Cinco manuscritos: Madrid. BME, ms. h.II.18; Madrid. BME, ms. h.III.22; Madrid. BNE, ms. 780; Madrid. BNE, ms. 12688; Madrid. BNE, ms. 12689. Los cinco testimonios permiten advertir la evolucion dispositiva de la obra en su itinerario medieval, que obliga a distinguir tres estados compositivos. El primero de ellos (representado por Madrid. BNE, ms. 780, y Madrid. BME, ms. h.III.22) se resuelve en la acumulacion un tanto desordenada de materiales procedentes de diversas fuentes. En un segundo momento (representado por Madrid. BNE, mss. 12688 y 12689), ese cumulo de materiales se reordeno de acuerdo con un cuidado itinerario per circulum anni. El tercer estado (testimoniado unicamente por Madrid. BME, h.II.18) revela la disociacion del conjunto en dos grandes apartados: el primero de ellos dedicado a las fiestas cristologicas y el segundo a las vidas de santos, que siguen dispuestas por meses. Desde el punto de vista ecdotico (Aragues: 2005), parece demostrada la existencia de un arquetipo, del que derivan, por un lado, los dos manuscritos custodiados en la biblioteca escurialense (y las impresiones de la obra, a partir de la princeps zaragozana de 1516) y, por otro, los manuscritos de la BNE. De modo mas especifico, Madrid. BNE, ms. 12688 (como quiza tambien Madrid. BNE, ms. 12689), deriva de Madrid. BNE, ms. 780. Por su parte, de un subarquetipo (α) derivarian los impresos y un nuevo subarquetipo (β), origen a su vez de Madrid. BME, ms. h.III.22, y Madrid. BME, ms. h.II.18.
Diecisiete testimonios impresos: 1) Zaragoza: Jorge Coci, 1516; 2) Zaragoza: Jorge Coci, 1520; 3) Sevilla: Juan Cromberger, 1531; 4) Zaragoza: Jorge Coci, 1532; 5) Sevilla: Juan Cromberger, 1539; 6) Zaragoza: Jorge Coci, 1540; 7) Alcala de Henares: Juan de Brocar, 1544; 8) Zaragoza: Bartolome de Najera, 1544; 9) Zaragoza: Bartolome de Najera, 1547; 10) Zaragoza: Bartolome de Najera, 1550; 11) Alcala de Henares: En casa de Juan de Brocar († 1552) , 1558; 12) Alcala de Henares: Andres de Angulo, 1565; 13) Sevilla: Juan Gutierrez, 1567 - 1568; 14) Sevilla: Juan Gutierrez, 1571; 15) Alcala de Henares: Andres de Angulo, 1571; 16) Medina del Campo: Francisco del Canto, 1577; 17) Sevilla: Fernando Diaz, 1579;
Reescritura: La Compilacion A fue elaborada a mediados del siglo XV por Gonzalo de Ocana, prior del monasterio jeronimo de Santa Maria de la Sisla. En la coleccion concurren diversos capitulos traducidos de la Legenda aurea (correspondientes a fiestas cristologicas y vidas de santos), algunas vidas de santos locales y numerosos pasajes traducidos de la Vita Christi de Francesc Eiximenis, que completan los citados capitulos cristologicos procedentes de Voragine. Como se ha senalado en el apartado de "Testimonios manuscritos", existen tres estados de composicion en el itinerario manuscrito de la obra: 1) el primero corresponde al acopio, relativamente desordenado, de los citados materiales cristologicos y hagiograficos, ya traducidos; 2) el segundo corresponde a la reordenacion de todos esos materiales per circulum anni (de acuerdo, por tanto, con la disposicion que presentaba la fuente esencial de la obra: la mencionada Legenda aurea de Voragine); y 3) el ultimo se resuelve en la escision de la obra en una seccion cristologica y otra hagiografica. Este ultimo es el estado que transparenta un manuscrito escurialense (Madrid. BME, ms. h.II.18). Y el mismo sera el asumido en los impresos del Flos Sanctorum renacentista, aunque no a partir directamente de este ultimo codice, segun revela el analisis ecdotico (al respecto, Aragues, 2005). Esa llegada del texto a las prensas, en 1516, impuso, por lo demas, algunas novedades significativas: el Flos Sanctorum renacentista prescindio de aquellos materiales cristologicos de Eiximenis presentes en la Compilacion A, sustituyendolos por los pasajes correspondientes de la mas reciente Vita Christi Cartujano de Ambrosio Montesino. La labor de lima acompanaria al santoral a lo largo de toda su trayectoria editorial. El tambien jeronimo Pedro de la Vega asumiria esa labor en el monasterio de Santa Engracia, en Zaragoza, en dos momentos diversos (en 1521 y 1541), volviendo incluso a servirse de las obras de Voragine y Montesino para amplificar el texto recibido de la princeps de 1516 (ya tejido sobre ambas, como deciamos). Y en la segunda mitad del siglo XVI el texto seria revisado paulatinamente por Martin de Lilio, Gonzalo Millan, Juan Sanchez y Pedro Leguizamo y, finalmente, el Dr. Pacheco. Todos esos nombres se irian anadiendo al del propio Pedro de la Vega en un elenco de autores convenientemente recordado (y actualizado) en cada edicion, como signo orgulloso del constante espiritu de renovacion de la obra. Con todo, la reescritura del texto se limita en algunas de las ediciones a una leve labor de mejora estilistica y de modernizacion linguistica, amen de la adicion o supresion de algunas fiestas (al respecto de esta ultima cuestion, vid. las tablas incorporadas a Aragues, 2004).