El articulo explica el origen de una recomendacion del Regimen Sanitatis, en la que se insta a lavarse las manos porque tambien clarifica la vista. El sentido de esta enigmatica frase se remonta a un precepto transmitido en el Talmud (Berakhot, 53), en el cual se aconseja “comer sal despues de cada comida”. Esta costumbre, que se mantuvo largo tiempo en la tradicion sefardi, hacia indispensable el posterior lavado cuidadoso de las manos, puesto que el contacto de los ojos con los dedos manchados podia irritarlos, y mas teniendo en cuenta que en los rezos, los judios se tapaban la cara con las manos para concentrarse mejor. Lo que inicialmente se planteo como una recomendacion para evitar los efectos perjudiciales de la sal en la vista, se convirtio en una medida positiva que favorecia la luminosidad de los ojos y en este cambio fue determinante, segun Loewe, un texto de Pedro Alfonso, inserto dentro de la Disciplina clericalis en la seccion dedicada a la urbanidad. A partir de aqui otras muchas obras, ya de ambito cristiano, incorporan la recomendacion de lavarse las manos y sus ventajas para los ojos, pero sin senalar la causa