Eduardo, el Principe Negro, dejo antes de su muerte en 1376 instrucciones detalladas acerca de su funeral y de su tumba, con la redaccion precisa de su epitafio. Ese mismo texto se recuerda tambien en dos manuscritos de la Vie du Prince Noir, la biografia escrita en frances por Chandos Herald. Tyson contrasta en su articulo las diferentes versiones de este epitafio y rastrea su origen. El testimonio mas antiguo del mismo corresponde al ejemplo 32 de la Disciplina Clericalis, que pudo llegar hasta el Principe Negro gracias a una version francesa en verso. De las dos ramas, A y B, este pasaje solo se conserva en la llamada version B, de procedencia anglonormanda y redactada en el XIII. No es raro que, dada la popularidad alcanzada por la Disciplina, esta version B fuera conocida por el principe Eduardo o por sus clerigos y de ahi obtuvieran el modelo para el epitafio