Ante la escasez de noticias referentes al periodo primitivo de la poesia espanola, Gili Gaya hace mencion al Cartulario Visigotico de la Catedral de Huesca que publico en el Homenaje a Menendez Pidal (II, 103) en la que ofrece un ejemplo del uso de la palabra “joculare” aplicada al que divertia al rey o al pueblo en una escritura otorgada de 1062. Se menciona al juglar Elka entre otros testigos de calidad. Se trataria “de un juglar errante que se hallo casualmente en el acto de otorgarse la escritura y que, quizas a cambio de ejercer sus habilidades juglarescas, participo en la alihala de pan, vino y carne con que entonces se celebraba en Aragon la firma de un contrato” (p. 275)