Se revisa brevemente la evolucion de las aportaciones literarias de la Comarca del Jiloca, comenzando por la tesis de Ubieto de que el Cantar de Mio Cid es una obra aragonesa y no castellana como afirmaba Menendez Pidal. Junto con el Cid, gracias a cuyos viajes puede conocerse gran parte del territorio del Jiloca, Pedro de Ahones llega a ser un importante personaje de un cantar de gesta incluido en la Cronica de Jaime I. Ademas de la epica, en este valle se documentan composiciones liricas, como las de Guillermo, duque de Aquitania y conde de Poitiers, que llego a la corte aragonesa para prestar auxilium a Alfonso el Batallador en su lucha contra los sarracenos. El conde debio traer consigo a las tierras del valle todo el genio poetico que habitaba en el Medidodia frances. Anos mas tarde, Alfonso II, el fundador de Teruel, rey aragones con aficiones trovadorescas, acudira a Poitiers, lugar de encuentro de los poetas mas refinados del occidente europeo, concretamente a la corte de la nieta de Guillermo, Leonor de Aquitania. Por otro lado, la lirica tradicional y popular (albadas, villancicos, rosarios de la aurora...), a veces de influjo celta, tambien calo en esta comarca aragonesa. Bardos debio de haber en estas tierras que compusieran leyendas cuyos escenarios lo formasen regiones utopicas, atrevidos paraisos por los que deambularan mujeres hermosas y animales fantasticos. Si desea consultar la version electronica de este articulo, pulse aqui