El sermon medieval, indicio de doctorado universitario en el ambito de predicacion de los laicos, ensancha sus limites, deja de ser un genero informe y de sancion religiosa, y se politiza a lo largo del siglo XIV. De este modo, por la iniciativa de Pedro IV el Ceremonioso de servirse del ars predicandi, el mundo laico de la politica accede a la retorica eclesiastica. En cierto modo, la utilizacion del ars predicandi en uno y otro caso no sera solo por razones de estetica literaria, de prestigio de una forma, sino tambien por la necesidad de inmiscuirse en un mundo de poder que, segun algunos, era tambien propio y en crisis, necesitado de los laicos. (p. 22). Otro punto algido en la tradicion oratoria de las cortes catalanas es el reinado de Martin el Humano. Frente a la pobreza del sermon de cortes de su abuelo, que deja de lado el uso sistematico de exempla de la tradicion clasica, el rey Martin confia la elaboracion de sus sermones a secretarios de su confianza, como Guillem de Ponc o Bernat Metge. Estos trabajan sobre materiales ajenos, aumentando y organizando el gran tradicionalismo historiografico de estos textos, hasta el punto de que esto sustituye la fuerza personalista de los discursos del Ceremonioso. (p. 37). El nuevo discurso queda marcado por distintas pautas: alabanza de la propia genealogia real y de la lealtad del pueblo, uso de autoridades clasicas y complicacion en su “artisticidad”. Se incluye como ejemplo la proposicion del rey Martin a las cortes reunidas en Zaragoza en 1398 y la respuesta del arzobispo de Zaragoza