A partir de los versos 2694-2695 del Cantar de Mio Cid “a siniestro dexan a Griza que Alamos poblo/ alli son canos do a Elpha encerro”, se analiza el antroponimo Elpha. Para Menendez Pidal haria referencia a un ser de la mitologia popular, pero Hodcroft pretende indagar si era mas frecuente como nombre propio de lo que se pensaba: “sobre este asunto de la frecuencia del nombre en la Espana antigua, las partes del pais y las epocas en que aparece, queremos ocuparnos en las paginas que siguen”. (p. 41). Se presentan los cuatro ejemplos que daba Menendez Pidal en los que puede constatarse que Elfa se consideraba nombre apropiado para mujeres de la mas alta nobleza en aquellos tiempos. Derek Lomax comunica no menos de once ejemplos en documentos espanoles de la Edad Media detallados, concluyendose el inventario con veinte ejemplos que se refieren a quince personas diferentes. Geronimo de Blancas y Tomas ya en su Aragonensium rerum commentarii (1606) apunta en un catalogo de los nombres de mujer mas corrientes en otros tiempos que Elfa, Toda, Urraca y Ximena son los mas frecuentes en Navarra, Aragon y Cataluna, con caracter privativo en estas tierras. Con todo, no se sabe nada de este nombre antes de principios del siglo XIII