Se rastrea la presencia documental del relato de la Campana de Huesca. La primera mencion se localiza en la Cronica de San Juan de la Pena, entre 1369 y 1372. En el XVI forma parte de un romance anonimo, recogido por Lorenzo de Sepulveda. A partir de entonces, las versiones se suceden. Ya desde el principio las fuentes nunca fueron seguras: los Anales Toledanos Primeros, el Fuero General de Navarra y otros relatos aportan materiales que en ocasiones se complementan y en otras se contradicen. En la actualidad puede afirmarse que la lista de los ajusticiados era legendaria, como se comprueba al hablar de las muertes de potestades, termino que hay que poner en la epoca en relacion con las tenencias. Al comparar la legislacion se observa que hubo siete senores que desaparecieron, perdiendo sus honores o tenencias en las fechas senaladas. Cabe pensar que estos siete fueron traidores al rey en algun punto de los senalados por la legislacion de Ramiro II. Este numero es confirmado por una cronica escrita en el siglo XIII por el musulman Ibn Idari, donde se habla de siete grandes y caudillos decapitados a lo largo del verano de 1135. Con ambas versiones se podria afirmar que la causa del castigo seria la ruptura de los pactos de treguas firmados entre Ramiro II y Abengania, gobernador almoravide de Valencia. En este contexto, "la Campana de Huesca tuvo un caracter ejemplar: el rompimiento violento de la palabra del rey se pagaba con la muerte." (p. 20). Se propone como colofon que la version mas antigua de la Campana estuvo escrita en verso, y que fue prosificada en el siglo XIV en la Cronica de San Juan de la Pena
Lugar de publicacion original: Zaragoza