Se dan razones para justificar la existencia de una poesia popular entre los moriscos, la presencia de un romancero tradicional, comun a todas las hablas ibericas como ya habia propuesto Menendez Pidal, que sobrevive en estado latente. Para apoyar su hipotesis se centra en el romance ‘La morilla burlada’ en el que aparecen rasgos que pueden dar a entender ciertos resabios moriscos. Complementariamente se analizan otros testimonios de romances, como los compuestos por el poeta aragones M. Rabadan
Lugar de publicacion original: Madrid