El reino aragones se convierte en catalizador de las innovaciones culturales procedentes de Italia, y las acaba vertiendo a las producciones hispanicas. Situado en un cruce de caminos que conducen a Francia, en comunicacion con Italia a traves de aquella y aun mas por Valencia y Cataluna; en un ambiente movido por luchas nacionales e internacionales, unia, a ultimos del siglo XV, todas las corrientes renacentistas y de tradicion que llevarian —preparado por los anos y por el cultivo silencioso de las letras antiguas— al entusiasmo por el hombre y por la clasicidad. Ya en los siglos que van del XII al XIV encontramos, en un recorrido por unos viejos focos de donde salieron los humanistas del XV, afan por aprender de los latinos sobre todo. A traves de traducciones, estudiando latin en escuelas, anotando impresiones al margen de los textos en los centros de Uncastillo, Calatayud, Tarazona, Caspe, Sarinena, Barbastro, Jaca y Tamarite. En la gramatica latina en verso, los comentarios a Justiniano, el escritorio propio de la catedral, la prestigiosa Universidad de Huesca, Zaragoza y su Estudio, dan cuenta de una palpitacion. Nos cuenta el P. ZAPATER, hablando del brillantisimo foco de Alcaniz, que viendo mosen Vives como se cuidaba, por cuenta de la ciudad, de ensenar a los ninos las primeras nociones de la lengua y literatura latinas, en un arranque de entusiasmo, fundo en Bolonia, donde residia, un colegio para estudiantes de su Alcaniz natal. Alli perfeccionarian, con las bellas letras, estudios de ciencias. (p. 41-42). Entre estas figuras se encontraria Juan de Sobrarias. Se realiza un minucioso estado de la cuestion sobre el espiritu humanista que influyo en el desarrollo de la imprenta, el teatro, la prosa, la universidad aragonesa, las traducciones, la historiografia, el arte...; y todo ello bajo la atenta mirada del rey catolico. Si desea consultar la version electronica de este articulo, pulse aqui