Dentro del panorama tipografico espanol, Bohigas menciona la importancia de la imprenta en Zaragoza. Concluye que el desarrollo de los textos impresos fue paralelo en la capital aragonesa y en Barcelona, porque Enrique Botel, quien habia decidido instalar en Espana los nuevos tipos, como se comprueba en un contrato de 1473, se movia con igual interes en ambas ciudades porque las consideraba como parte de un mismo proyecto