Se distinguen para cotejarlas dos tipos de informaciones literarias sobre los moriscos: las aportadas por la literatura maurofila, escrita por castellanos, y las propias de la produccion literaria aljamiado-morisca. Ambas son complementarias y nos ofrecen una vision global de la casta oprimida. Las obras de castellanos del siglo XVI eran contrarias a la realidad historica porque, mientras que los procesos inquisitoriales prohibian a los moriscos su atuendo y costumbres, los textos castellanos ensalzan su figura y la adornan con los ropajes mas ricos. En esta convivencia surge la labor del Mancebo de Arevalo quien describe en sus minutas la reunion de criptomusulmanes en Zaragoza. Por ellas somos testigos de la irritabilidad y desesperacion de los moriscos que usan pseudonimos en sus escritos y que son artifices de una literatura secreta. Nada tiene que ver la vision idealizada del moro que ofrecen los castellanos con la realidad: el recato y la austeridad que se desprende de la Tafcira del Mancebo contrasta con el exotismo del vestuario que describen la maurofilia (cuya obra fundamental seria Ozmin y Daraja). Por otro lado, mientras que en los escritos castellanos las conversiones se llevan a cabo sin sobresaltos, el Mancebo muestra la ferrea voluntad de los moros por mantenerse en su fe
Lugar de publicacion original: Tunis