Organizado en tres partes, se presenta la imagen postuma de Juan Fernandez de Heredia como un intento por trasmitir a la posterioridad valores interesados, revestidos de pompa y boato. Esta funcion tiene el mecenazgo, actividad patrocinadora con la que aspira a la inmortalidad de la fama. El ‘bien morir’ y el mas alla se convierten en objetivos vitales conseguidos a partir del reliquias y donaciones. Finalmente, el sepulcro pretende dar perpetuidad a su memoria y otorgarle la inmortalidad por sus obras