Este libro se ocupa de los problemas planteados por la traduccion de autores clasicos en lenguas romances y denuncia la proliferacion durante la Edad Media de obras de la Antiguedad griega y romana traducidas a varias lenguas romances sin que los criterios de traduccion estuvieran fijados. El primer contacto entre un humanista italiano, en este caso C. Salutati, y un autor peninsular, Juan Fernandez de Heredia, se produce en 1392. El italiano le pide una copia de su traslado de Plutarco
Lugar de publicacion original: Bellaterra