Se analizan y comparan los relatos sobre la muerte del rey Sancho I de Leon -una historia de fantasmas y almas en pena que aparece en el Cronicon Iriense y en la Cronica Najerense-, un tratado Soushenji de la dinastia Jin y una leyenda urbana sobre una autoestopista fantasma. Las coincidencias son evidentes en estos tres relatos: se describe el amor entre un mortal y un fantasma, cuyo encuentro se salda con una prenda dejada como testigo mudo. En todos los casos los hechos son escritos como si fueran reales y verosimiles, aunque resultaran logicamente imposibles. Se propone una raiz comun entre ellos sin precisar el proceso de difusion